Este
era el lema de la Hermana Cristina, un programa de vida maravilloso.
Lo
tenía en todo momento a la vista, en papeles, apuntes, estampas
y dibujos… lo escribía con todo tipo de letras… un lema que es
vida.
Una
asignatura aprendida en su fuente de origen, la Cruz del Redentor.
Del "bálsamo que chorrea la Cruz" se llenó su corazón haciéndose
canal fecundo para la Iglesia, su Orden y sus hermanos los hombres.
Orar
por amor de Dios... callar por amor de Dios... y sufrir,
sufrir, sufrir... por amor de Dios.
Amar
con locura…. esa era su vida.
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